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Abanicos
Abanico Negro con calado y decoración floral pintado por ambas caras. Ref. 1123

Abanico Negro con calado y decoración floral pintado por ambas caras. Ref. 1123

Ref: 503281123
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Descripción:

Los abanicos estan completamente echos a mano por maestros artesanos.
Estos abanicos están compuestos por varillaje y pais (tela). Por unas manos artesanas que empiezan eligiendo la madera para poder hacer los varillajes Estos se lacan, se pulen y se barnizan según los modelos.
Las flores estan pintadas a mano.


Medidas: 23 x 42 cm.


Lenguaje del abanico

El abanico, además de convertirse en un elemento indispensable en la indumentaria de una época, se constituye en un instrumento de comunicación ideal en un momento en el que la libertad de expresión de las mujeres estaba totalmente restringida.


Cuando las damas del siglo XIX y principios del XX iban a los bailes eran acompañadas por su madre o por una señorita de compañía, con el fin de que éstas velasen por su comportamiento. Las señoritas de compañía eran muy celosas en el desempeño de la labor que se les encomendaba por lo que las jóvenes tuvieron que inventarse un medio para poder comunicarse con sus pretendientes y pasar desapercibidas.


Existían diferentes lenguajes del abanico pero todos ellos utilizaban como regla común la colocación del objeto en cuatro direcciones con cinco posiciones distintas en cada una de las cuatro. Con ese sistema se iban representando las letras del alfabeto.


Pero además de esa regla general, había ciertos gestos con significado, como pueden ser:

- Moverlo con la mano izquierda: nos observan.
- Semicerrarlo en la derecha y sobre la izquierda: no puedo.
- Golpearlo, cerrado, sobre la mano izquierda: escríbeme.
- Dejarlo deslizar sobre la frente: has cambiado.
- Mantenerlo en la oreja izquierda: quiero que me dejes en paz.
- Abrirlo con la mano izquierda: ven y habla conmigo.
- Tocar con el dedo el borde: quiero hablar contigo.
- Sostenerlo con la mano izq. delante del rostro: busco conocimiento.
- Cambiarlo a la mano derecha: eres un osado.
- Dejarlo colgando: seguiremos siendo amigos.
- Dejarlo deslizar sobre los ojos: vete, por favor.
- Sostener el abanico con la mano derecha delante del rostro: sígame.
- Arrojarlo con la mano: te odio.
- Abrirlo y cerrarlo: eres cruel.
- Dejarlo deslizar sobre la mejilla: te quiero.
- Presentarlo cerrado: ¿me quieres?.
- Moverlo con la mano der.: quiero a otro.
- Abanicarse despacio: estoy casada.
- Abanicarse deprisa: estoy prometida.
- Apoyar el abanico en los labios: bésame.
- Abrirlo despacio: espérame.
- Abierto, tapando la boca: estoy sola.
- Apoyarlo sobre la mejilla derecha: sí.
- Apoyarlo sobre la mejilla izquierda: no.

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Los abanicos estan completamente echos a mano por maestros artesanos.
Estos abanicos están compuestos por varillaje y pais (tela). Por unas manos artesanas que empiezan eligiendo la madera para poder hacer los varillajes Estos se lacan, se pulen y se barnizan según los modelos.
Las flores estan pintadas a mano.


Medidas: 23 x 42 cm.


Lenguaje del abanico

El abanico, además de convertirse en un elemento indispensable en la indumentaria de una época, se constituye en un instrumento de comunicación ideal en un momento en el que la libertad de expresión de las mujeres estaba totalmente restringida.


Cuando las damas del siglo XIX y principios del XX iban a los bailes eran acompañadas por su madre o por una señorita de compañía, con el fin de que éstas velasen por su comportamiento. Las señoritas de compañía eran muy celosas en el desempeño de la labor que se les encomendaba por lo que las jóvenes tuvieron que inventarse un medio para poder comunicarse con sus pretendientes y pasar desapercibidas.


Existían diferentes lenguajes del abanico pero todos ellos utilizaban como regla común la colocación del objeto en cuatro direcciones con cinco posiciones distintas en cada una de las cuatro. Con ese sistema se iban representando las letras del alfabeto.


Pero además de esa regla general, había ciertos gestos con significado, como pueden ser:

- Moverlo con la mano izquierda: nos observan.
- Semicerrarlo en la derecha y sobre la izquierda: no puedo.
- Golpearlo, cerrado, sobre la mano izquierda: escríbeme.
- Dejarlo deslizar sobre la frente: has cambiado.
- Mantenerlo en la oreja izquierda: quiero que me dejes en paz.
- Abrirlo con la mano izquierda: ven y habla conmigo.
- Tocar con el dedo el borde: quiero hablar contigo.
- Sostenerlo con la mano izq. delante del rostro: busco conocimiento.
- Cambiarlo a la mano derecha: eres un osado.
- Dejarlo colgando: seguiremos siendo amigos.
- Dejarlo deslizar sobre los ojos: vete, por favor.
- Sostener el abanico con la mano derecha delante del rostro: sígame.
- Arrojarlo con la mano: te odio.
- Abrirlo y cerrarlo: eres cruel.
- Dejarlo deslizar sobre la mejilla: te quiero.
- Presentarlo cerrado: ¿me quieres?.
- Moverlo con la mano der.: quiero a otro.
- Abanicarse despacio: estoy casada.
- Abanicarse deprisa: estoy prometida.
- Apoyar el abanico en los labios: bésame.
- Abrirlo despacio: espérame.
- Abierto, tapando la boca: estoy sola.
- Apoyarlo sobre la mejilla derecha: sí.
- Apoyarlo sobre la mejilla izquierda: no.

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