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    El cajón es un instrumento musical de origen afroperuano que se ha popularizado en todo el mundo gracias al flamenco, el jazz moderno y la música afro-latina-caribeña. Se tienen datos de los primeros cajones en Perú en el siglo XIX, pero hasta 2001 no fue reconocido como Patrimonio Cultural de la Nación en 2001.



    Cajón Flamenco Manuel Cortés, modelo Sky Blue



    El instrumento nació en la costa central y norteña del Perú. El cajón fue creado por africanos llevados como esclavos a aquel país durante la colonización española. Éstos vieron en los cajones de madera, utilizados para transportar mercancía, un gran instrumento de percusión, y comenzaron a emplearlo en sus ritos sagrados y manifestaciones artísticas. Por esta misma razón, el uso de los tambores fue prohibido por la Iglesia Católica debido a que los consideraba paganos, y durante el virreinato del Perú se prohibieron por un edicto, para evitar que los negros se comunicaran entre ellos a distancia. Todos los tambores hallados fueron quemados. 

     

    Hacia 1840 aparecen las primeras referencias del cajón como instrumento musical. El artista normalmente se sienta a horcajadas, quedando éste entre sus rodillas. En esta postura, el cajón transmite el ritmo al cuerpo del músico, quien lo golpea con las palmas de las manos o las puntas de los dedos para generar sonido. La versión moderna cuenta, además, con tres tornillos que permiten ajustar el tono, y, a veces, incluso, se enriquece la música insertando pequeños objetos metálicos en su interior. En España, por ejemplo, el cajón flamenco suele incluir tres o cuatro cuerdas metálicas para añadir resonancia. 



     

    Cajón flamenco Mario Cortés, World Soul


    En su origen el cajón peruano se utilizó en danzas costeñas como la zamacueca y el tondero, bailes originarios de la costa centro y norte del Perú. Pero poco a poco su influencia se fue extendiendo a nivel internacional. La principal razón por la que España, y más concretamente la comunidad flamenca, adoptó este instrumento como parte de su cultura fue el músico andaluz Paco de Lucía, quien en 1977, tras una gira por Latinoamérica que incluyó Perú, decidió utilizarlo en sus espectáculos. Con la adopción del cajón peruano, poco a poco fueron surgiendo otros percusionistas que fueron encontrando su espacio dentro del flamenco contemporáneo.

     

    Veinticinco años después desde su introducción por parte de Paco de Lucía, éste se ha convertido en un elemento irremplazable en nuestra música. La clave de tan natural integración en la cultura flamenca es que el cajón está a medias entre las palmas y el taconeo. Así pues, tras su adopción en nuestro país, éste sufrió algunas variaciones, como el uso de cuerdas en el interior y el cambio en el modo de fijación de la tapa acústica a la estructura de la caja. Todo ello hizo que se terminara popularizando el término cajón flamenco o cajón español.

     



    Cajón flamenco Mario Cortés, modelo Black&White

     

    Asimismo, con el paso del tiempo el cajón también ha experimentado varias influencias en cuanto a la manera ser tocado. Con su expansión a nivel mundial, no solamente los percusionistas sino también los baterías se han acercado al uso del cajón. Esto ha permitido que se hayan incluido otro tipo de herramientas como las baquetas, sobre todo brochas de metal y plástico, e incluso un simple pedal, que lo transforma en percusión indirecta y lo convierte casi en un bombo de pedal, solo que con la limitación de la posición inicial. En este sentido, en 2008 el italiano Ovidio Venturoso creó un sistema a pedal para tocar el cajón con las manos y con el pie, pero que permite mantener inalterada la posición tradicional del músico. 


    Otra novedad interesante, originada a partir de su introducción en nuestro país, es la creada recientemente por un músico sevillano, Daniel Galiano, quien, a raíz de un accidente en una cinta transportadora de maletas, donde su cajón flamenco apareció roto, se le ha ocurrido construir uno plegable. Este invento, fácilmente transportable, pues se puede llevar en una maleta o mochila sin problemas, y cuyo sonido no pierde calidad, es algo que hasta ahora nunca se había planteado.