Un día, en el verano del 2001 decidieron cargar en el coche todos sus bártulos y poner rumbo al Festival de Jazz de Vitoria. Y para no perder la costumbre, estuvieron tocando en la calle y amenizando la espera de todos aquellos que hacían cola para ver los conciertos de Paco de Lucía, Chick Corea y Jorge Pardo, entre otros. ''Allí, muchos se interesaron por nosotros, e incluso conseguimos hacerle llegar una maqueta a Jorge Pardo”. Y de vuelta a Madrid, casualidades de la vida, coinciden en un concierto con Tino di Geraldo, músico, compañero y amigo de los anteriores.

Precisamente, ha sido el mismo Tino de Geraldo, junto a Guillermo Quero, los productores del primer disco de Elbicho. Un trabajo que ha contado con colabores de la talla de Carles Benavent, Jorge Pardo o Eva Durán. 
Casi ná! “Ha sido alucinante haber trabajado con músicos que han sido referentes directos nuestros, con los que hemos crecido y a los que admiramos como músicos, y sobre todo ahora, como personas.     
Tocar mano a mano con los all stars, ¿quién nos lo iba a decir?”. Mientras continúan sin creerse lo que les ha pasado en los últimos dos años, destacan que durante la grabación, por encima de todo, han aprendido lo que es la música, y lo más importante, la actitud del músico hacia ésta. “Tino, Quero y el resto, nos han enseñado que hay a hacer las cosas de verdad, poniendo el corazón, buscando lo más grande, pero sin dejar de lado la sencillez y la sinceridad”.

En dos años, el grupo El Bicho se ha consagrado como una de las principales apuestas del mestizaje flamenco, a base de muchos bolos y de una apuesta musical atrevida, no solo en los escenarios de toda España, sino en los de toda Europa, from París to Estocolmo. No se puede uno hacerse el sueco ante el fantástico trabajo que está actualmente haciendo este grupo y su equipo promocional (El Caimán Producciones de Valencia realizan un management estupendo así como la producción llevada a cabo por Droeastwest (Andy Chango, Extremoduro, Hombres G, Jarabe de Palo, Palo Seko, La Cabra Metálica,…) es todo una garantía de medios puestos a disposición de la banda. Hemos tenido que esperar casi 200 bolos hasta conseguir una grabación en las manos pero la espera valió la pena.

El lugar más propicio para que el flamenco acabe charlando con el hip-hop o el afro-beat no siempre se encuentra entre olivos y cal. Y la temperatura ideal para que el flamenco invite la rumba a un baile caluroso, tampoco solo se da únicamente, al sur de la Sierra Nevada.

El Bicho rompe moldes y esquemas. Se trata de un conjunto atípico y rico, que mezcla una cultura musical moderna nutrida de instrumentos y de bases eléctricas, con un cante flamenco potente y los palos más variados. Siguiendo la brecha abierta por Ojos de Brujo y Mártires del Compás, nos llega un nuevo bichito raro y único de la escena flamenca, mezcla de poesía urbana y de nostalgia. La banda se llamó primero El Combo Flamenco y más tarde pasaron a llamarse Los Bichos, para al final quedarse con EL BICHO.

Ellos vienen de aquí y de allá. Elche, Alicante y Madrid han sido el refugio temporal de estos huérfanos del conformismo (ellos mismos lo mataron y lo enterraron), pero desde que estos siete mosqueteros de la fusión descarada se han unido, han ido recorriendo las calles de media España.
No hay lugar, ni lugar a duda : gracias a Camarón el flamenco nunca descansará.
Como Cañizares que se atreve a poner una flauta en un combo flamenco, como Mártires que incluye guitarra eléctrica y percusiones a su propuesta o como Ojos de Brujo que aporta un increíble bajista (eléctrico) y un inventivo Dj, ellos no dudan en realizar una mezcla única y riquísima de instrumentos que van desde las trompetas, flautas, bajo eléctrico, cajón y batería.

A nivel de voces, la comparación -si cabe- iría más hacía Mártires del Compás que hacía Ojos de Brujo. La voz de Miguel Campelloi marca un camino flamenco muy tradicional al disco. Pero uno no se tiene que sorprender si de repente, unos enormes scratches sacuden su cadena musical o si en medio de un palo tranquilo, interrumpen unos coros que gritan "Olé al toro, muerte el torero". Han encontrado el equilibrio entre la tradición flamenca y la dinámica instrumental e inventiva de sus componentes, Y crece el Guadalquivir.

A pesar de tener casi 250 bolos en su haber, el grupo esperó al 2003 para grabar su primer disco, fruto de varios encuentros fortuitos.

Como para los mejores vinos, valía la pena esperar para respirar hondo los múltiples perfumes frutos de esta maduración de la banda. Los encuentros han jugado un papel fundamental para la calidad final del trabajo. Para el disco, entre otros, han contado con la colaboración de Jorge Pardo, Carles Benavent, Tomasito y Eva Durán.

En directo, el magnetismo de Miguel Campelloi, una apuesta por la fiesta inducida por los vientos omnipresentes y la improvisación del bajo eléctrico y la fuerza de la guitarra flamenca marcan el desarrollo de un concierto en el cual todo es siempre posible. El grupo suele tomar la temperatura de una ciudad y de un local antes de tocar para que suba poco a poco el ambiente y la simbiosis con el público.
No solo se trata de fusionar música. Los textos traducen una sensibilidad a flor de piel y una poesía muy emotiva. Las imágenes y los recuerdos forman una parte importante del universo visual y musical de El Bicho, pero no se trata de un mundo parado o pasado sino de un mundo en constante interacción con sus orígenes y sus experiencias, arraigado en un profundo respeto por el tiempo y las tradiciones. Como prueba de ello, la portada del disco representa a una muñeca bailadora de flamenco colocada en una lavadora.

Página web oficial
www.elbicho.com