Las callejuelas de Granada suponen un viaje en el tiempo a épocas pasadas. Epocas de los Reyes Católicos que hacían y deshacían, o bien de los reinos nazaríes que superaron su batalla contra los siglos y siguen ganando la partida en cada zoco granadino, cada acequia y cada caligrafía que esculpe su piedra.
- Contacto |
-
Teléfono |
(+34) 91 542 72 51.
Nuestro horario es de lunes a viernes de 10.00h a 13:30h / 16.30 A 20:00h y los sábados de 10h-13:30h (GMT + 1).
En 2024, permaneceremos cerrados por fiesta los días (1, 6 , de enero) (28,29,y 30 de Marzo) (1 ,2 y 15 de mayo) ( 25 de julio) (15 de agosto) (12 de octubre) ( 1 y 9 de noviembre) ( 6 ,7, y 25 de diciembre)
Estamos en la Calle Campomanes nº 4, Madrid 28013 España
(Metro Ópera)
- Ayuda |
- Lista de precios |
- Situación del pedido |
- Acceso Mayoristas
- 🚚 📦 ENVÍOS A TODO EL MUNDO ✈️ 🌍
- 🚚 📦 ENVÍOS A TODO EL MUNDO ✈️ 🌍
- Lo más vendido
-
Todo flamenco
- Adhesivos y Pegatinas
- Banderas de España
- Bastones
- Blusas de Flamenca
- Bolsos Rocieros Taurinos y Bandera de España
- Botas Camperas Valverde del Camino
- Botines / Botos
- Broches
- Cajones flamencos y cañas rocieras
- Camisas de Flamenco
- Camisetas
- Collares
- Delantales De España
- Disfraces y Complementos
- Fotografías de Flamenco
- Guitarras Flamencas
- Joaquín Cortés
- Joyeria
- Maillots, Tops y Bodys Flamencos
- Mantillas españolas
- Mantoncillos
- Mantones de Manila
- Mascarillas Flamencas
- Muñecas flamencas
- Bodas y Novias
- Sombreros De Invitada
- Souvenirs, Fiestas
- Material Didáctico
- Música y video
-
-
- Lo más vendido
- Abanicos
- Castañuelas
- Faldas de Flamenco
- Flores Flamencas
- Mantones de Manila
- Peinetas y Peinecillos
- Pendientes de Flamenca
- Sombrero Cordobés
- Trajes Camperos
- Trajes de Baile
- Trajes de flamenca
- Zapatos de Baile Flamenco
- Todo flamenco
- Adhesivos y Pegatinas
- Banderas de España
- Bastones
- Blusas de Flamenca
- Bolsos Rocieros Taurinos y Bandera de España
- Botas Camperas Valverde del Camino
- Botines / Botos
- Broches
- Cajones flamencos y cañas rocieras
- Camisas de Flamenco
- Camisetas
- Collares
- Delantales De España
- Disfraces y Complementos
- Fotografías de Flamenco
- Guitarras Flamencas
- Joaquín Cortés
- Joyeria
- Maillots, Tops y Bodys Flamencos
- Mantillas españolas
- Mantoncillos
- Mantones de Manila
- Mascarillas Flamencas
- Muñecas flamencas
- Ofertas
- Pantalones y Caireles
- Posters / Carteles
- Productos Personalizados
- Pulseras
- Regalos de España
- Sombreros Españoles
- Telas
- Tirantes y Cinturones
- Trajes de flamenca niña
- Trajes de Torero
- Zahones
- Zapatillas Regionales
- Bodas y Novias
- Abanicos para bodas
- Broches para mantilla
- Flores para novia
- Horquillas para moños de novias
- Joyería para novias
- Mantillas para novia
- Música para bodas
- Peinetas y peinecillos
- Sombreros De Invitada
- Canotier para Invitada
- Chisteras de Invitada
- Clutch Carteras Bolsos de Fiesta
- Coronas de Flores para Invitada
- Diademas para Invitadas
- Pamelas para Invitadas
- Pendientes de Diseño
- Tocados para Invitada
- Souvenirs, Fiestas
- Flamenco-Spain.com
- Material Didáctico
- CDs Didácticos
- Cursos para Principiantes
- DVD y Videos Didácticos
- Libros
- Manuel Salado: Baile Flamenco, Guitarra Flamenca y Zapateado
- Metrónomos flamencos
- Oscar Herrero
- Partituras
- Paso a Paso. Los palos del flamenco: Adrián Galia
- Solo Compás
- Música y video
- CD. Música flamenca
- DVD
- Video
-
- Whatsapp
- Dónde estamos:
- Calle Campomanes, 4, 28013, Madrid
- Ver mapa
- E-mail:
- flamencoexport@flamencoexport.com
- Teléfono:
-
Nuestro horario es de lunes a viernes de 10.00h a 13:30h / 16.30 A 20:00h y los sábados de 10h-13:30h (GMT + 1).
En 2024, permaneceremos cerrados por fiesta los días (1, 6 , de enero) (28,29,y 30 de Marzo) (1 ,2 y 15 de mayo) ( 25 de julio) (15 de agosto) (12 de octubre) ( 1 y 9 de noviembre) ( 6 ,7, y 25 de diciembre)
Estamos en la Calle Campomanes nº 4, Madrid 28013 España
(Metro Ópera)
Si viajas a España
3 paseos de la ciudad
Indice
Por el centro
El recorrido por el centro de Granada puede comenzar en la plaza Nueva, origen también del trecero de nuestros paseos. La plaza, muy populosa con la llegada del buen tiempo gracias a su terrazas, está dominada por los volúmenes de la Real Chancillería, edificio que hoy alberga el Tribuanl Superior de Justicia de Andalucía y que ya en su origen fue un tribunal. Así se concibió en tiempos de los Reyes Católicos y ese mismo fin fue el que adoptó al terminarse su construcción, en el siglo XVI, reinando Carlos V. De inconfundible estilo renacentista, además de la fachada merece la pena recorrer el patio, la escalera y la llamada cueva del verdugo.
Un pequeño callejón a la derecha de la fachada principal conduce hasta la casa de los Pisa, construcción de estilo mudejar que fue la residencia de esa familia hasta el siglo XIX y donde falleció san Juan de Dios, patrón de la ciudad y del gremio sanitario.
Por la parte posterior de este edificio y el de la Real Chancilleria se llega al ramillete de callejuelas en torno a las cuestas de Calderería Vieja y Calderería Nueva, fantástico lugar, sobre todo por la tarde o después de la cena, donde tomar un té a la menta o bien para fumar en las pipas de agua que ofrecen las decenas de teterias que se encuentran en la zona. También se puede comprar alguna de las artesanías heredadas de la tradición nazarí, como cajitas, marcos y pequeños muebles realizados con la técnica del taraceado.
De regreso a la Plaza Nueva, por la avenida de los Reyes Católicos se llega en sólo unos minutos al cruce con la Gran Vía de Colón. Esta calle, una de las principales de la ciudad, está flanqueada por tiendas de marca y alguno de los mejores hoteles de Granada. Y es en el entorno de este cruce con Reyes Católicos donde se concentran los principales monumentos granadinos (Alhambra aparte). El primero, el palacio de la Madraza, antigua escuela coránica, hoy reconvertida en sala de exposiciones de la Universidad. Frente a este palacio se abre un dédalo de estrechas callejuelas donde se agolpan numerosas tiendas. Se trata de la Alcaiceria y el Zacatin. Quien haya estado en un zoco de cualquier país musulman rememorara enseguida el ambiente de esos espacios bulliciosos donde los productos parecen lanzarse al paso del posible comprador. Aunque, para ser honestos, en este zoco quizá se echen en falta más productos de auténtica artesanía granadina y sobren algunos souvenirs de dudosa calidad.
Tras las compras, las plazas de Alonso Cano y de las Pasiegas permiten acceder a la catedral de la Anunciación y a la añeja capilla real. La fachada principal de la primera fue concebida por Alonso Cano (siglo XVII) como tres monumentales arcos de triunfo que en nada desmerecieran la impresión de enormidad de las conco naves del templo con que Diego de Siloé transformó, en estilo rencentista, el rpimitivo proyecto gótivo de Enrique Egas, de finales del siglo XV. Así, los poderosos pilares de la catedral sostienen bóvedas situadas a 60 metros de altura y, frente a lo que ocurre en la mayor parte de las catedrales de nuestro país, está dotada de una gran luminosidad gracias a los altos y amplios ventanales y al hecho de que los colores predominantes en el interior son el blanco y el dorado. En la capilla mayor, un prodigioso retablo realizado por el propio Diego de Siloe en forma circular para adaptarse a la forma de la cupula, son precisamente los tonos dorados lo que prevalecen. Este gran espacio, sustentado por columnas de capiteles corintios, está iluminado con vidrieras flamencas realiszadas en el siglo XVI. Del resto destacan la capilla dedicada a Santiago y la de las Angustias.
A la capilla real se accede, desde dentro de la catedral, a través de una soberbia rejería plateresca. El sepulcro de los Reyes Católicos está acompañado por el de su hija Juana y Felipe el Hermoso. El proyecto fue de Enrique Egas, el mismo que inició la catedral, y el túmulo mortuorio deIsabel y Fernando se encargó al escultor toscano Domenico Fancelli. En cuanto al de Juana y Felipe, es obra de Bartolomé Ordoñez. Por una pequeña escalera de ouedra se accede a la cripta donde está depositada el arca con los restos de los Reyes Católicos y del príncipe Miguel, su primogénito.
También desde la capilla real se accede a al antigua sacristía. lugar que hoy alberga el tesoro y el museo catedralicio y donde se conservan los atributos de poder del rey Fernando.
Ya fuera del conjunto catedralicio, al final de la Alcaiceria se abre la plaza más viva de todo el centro granadino, la de Bib Rambla. Durante el día los puestos de flores llenan de aromas y color este grane spacio rectangular, en competicion con el olor de los pequeños manjares en forma de tapa que se sirven en los bares y terrazas de la zona. En tiempos de los musulmanes, la plaza ya era un activo centro de actividades festivas. Y el cardenal Cisneros la hizo tristemente célebre por quemar aquí, en una gran pira publica, buena parte de los fondos bibliográficos del mundo nazarí.
Las calles circundantes están repletas de propuestas no solo gastronomicas, sino tambien de compras. Dejandose llevar por el shopping es facil llegar hasta la calle de Mesones y siguéndola, hacia la derecha, en unos minutos estaremos en la plaza de la Universidad, presidida por la fachada de la colegiata de los Santos Justo y Pastor. En este templo se mezclan con descaro detalles del Renacimiento y el Barroco. Resultan más que destacables su altar mayor y la cúpula.
Muy cerca, al final de la calle de San Jeronimo, esta la basilica de San Juan de Dios, cuyos restos yacen en el camarín del altar mayor. La basilica forma parte del conjunto del hospital que tiene su mismo nombre y, frente al Renacimiento imperante en el resto de la ciudad posnazarí, aquí lo que predominan son las formas del Barroco. Lógico, si tenemos en cuenta que se levantó a lo largo del siglo XVIII a instancias de fray Alonso de Jesus y Ortega, inquisidor y gran amante de las artes. Pese a que muchas de sus riquezas sufrieron el expolio de las tropas napoleonicas, primero, y de la desamortización de Mendizabal despues, el conjunto resulta mas que admirable. Comparte la plaza de la Facultad de Derecho, que alberga un interesante jardin botanico en el que crecen mas de 40 especies diferentes y que hace las veces de pulmón verde en medio de tanto trajin de estudiantes.
A la izquierda de la plaza, por la calle Gran Capitan, esta el monasterio de San Jeronimo, visitable solo en parte pues la otra la ocupa una orden religiosa de clausura. Al visitarlo es evidente la influencia de los dos principales arquitectos de la Granada cristiana: Enrique Egas y Diego de Siloe. El primero dejó su impornta, por ejemplom en las bovedas del unico clasutro visitable, de estilo isabelino; del segundo es evidente su influencia en buena parte de la nave central y el altar mayor.
Al centro se puede regresar por la calle de la Duquesa y la plaza de la Trinidad. De ésta sale, además de la calle de Mesones, la de la Alhóndiga que, como aquella, está repleta de propuestas para el shopping. La Alhondiga desemboca en la calle de Recogidas y ésta, a su vez, en la avenida de los Reyes Católicos. Uno de los callejones que se abren a la derecha de esta vía permite admirar la fachada del Corral del Carbón. El edificio fue en el siglo XIV alhóndiga donde los comerciantes podían hospedarse, almacenar sus mercancias y realizar sus transacciones. Posteriormente se convirtió en corral de comedias, luego casa de vecinos que utilizaban el sótano como almacen para el carbon y hoy, a parte de ser la sede de la Fundación Legado Andalusí, que promueve la recuperación del partomonio artístico y cultural que dejó al-Andalus a lo largo de sus ocho siglos de historia, en su patio se programan diversos actos culturales e institucionales y también acoge algunas tiendas.
Siguiendo por Reyes Católicos, en su confluencia con la Gran Vía de Colón se abre una pequeña plaza, la de Isabel la Católica, presidida por un monumento que representa a dicha reina con Cristóbal Colón durante las Capitulaciones de Santa Fe. El monumento, erigido en 1892 durante el cuarte centenario del Descubrimiento de America, es obra de Mariano Benlliure.
Desde esta plaza y por la calle de Pavaneras llegamos al penúltimo paso de este paseo: la casa de los Tiros. Construida en el siglo XVI, fue propiedad de la familia Granada-Venegas, a la que los Reyes Católicos regalaron el Generalife por su participación en la conquista de Granada. La fachada de su residencia, con apariencia de fortaleza, esconde un rico interior mudejar donde destaca el Cuarto Dorado, que muestra uno de los artesonados mas notables de la ciudad.
Desde aquí no queda mas que dejarse llevar por el sentido comun hasta el entrono de la calle de Navas, para dejarse seducir por los placeres de la gastronomia granadina y de reponer fuerzas antes del siguiente paseo.
La Alhambra y el Generalife
Una consideración previa a este paseo es que no puede realizarse sin haber tenido la previsión de reservar antes, pues el aforo de visitantes a la zona más valiosa del recorrido, los palacios nazaríes, está limitado desde hace unos años. Nuestra sugerencia es intentar reservar la visita a esa parte del conjunto monumental para última hora de la mañana o de la tarde y, mientras, disfrutar del resto de La Alhambra. Desde el pabellón de acceso, al frente y hacia la derecha, se sitúan los jardines del Generalife. Calles arboladas, acequias y fuentes que conducen hasta el palacio de verano de los reyes nazaríes, construido entre los siglos XII y XIV. Conviene advertir que buena parte de los jardines actuales fueron huertas y zonas de pasto de las que se abastecía el recinto palaciego. Hoy, el paseo de los Cipreses conduce hasta los Jardines Bajos, a espaldas del teatro al aire libre. Desde allí un damero de calles vegetales lleva de forma lógica hasta el Pabellón Sur del palacio, de acuerdo con el concepto de jardín romántico. Antes de entrar en él conviene fijarse en la sobriedad de las fachadas, en contraste con la riqueza ornamental del interior, de acuerdo con una tendencia muy habitual en la arquitectura del mundo musulmán.
De entre todos los espacios del palacio destaca el patio de la Acequia, dominado por el Pabellón Norte. Y en éste, la sala Regia, por sus yeserías y capiteles decorados con mocárabes, en un estilo que luego se podrá apreciar hasta la saciedad en los palacios nazaríes. No menos bella es la escalera del agua, que asciende hasta la zona más elevada del Generalife y flanqueda por regueros que se nutren en la acequia del Sultán. Y también son bellísimos el Mirador Romántico, situado al final de esa escalera y que se levantó en el siglo XIX, y el patio del Ciprés de la Sultana, que no es obra musulmana, sino de la época renacentista.
Por los Jardines Altos del Generalife, y tras atravesar el puente que salva el foso, se accede a la parte amurallada de La Alhambra. La primera construcción importante que se encuentra a la derecha es el convento de San Francisco, levantado a finales del siglo XV, por decisión de los propios Reyes Católicos, sobre un antiguo palacio nazarí y hoy reconvertido en Parador. Aquí se pueden disfrutar de fantástica vistas del Generalife.
Regresando a la calle Real, se llega a la iglesia de Santa María de la Alhambra, más destacable por su exterior que por su interior y que se levantó sobre lo que fue une mezquita entre los siglos XVI y XVII, según el diseño de Juan de Herrera.A espaldas de este templo está el Baño Polinario que nos permite comprender la esencia de los baños públicos en el mundo musulmán. Algo más abajo hay una serie de jardines geométricos, presididos por una gran alberca, sobre lo que fue el palacio de Yusuf III. Felipe V ordenó su destrucción.
Estos jardines comparten espacio con los de otro palacio, el del Partal, del que sobrevive uno de sus pabellones. Estos jardines son de los más bellos del recinto, aunque su diseño no es del periodo nazari sino de los años treinta del pasado siglo, igual que los Jardines Nuevos del Generalife.
Un callejón separa la fachada principal de la iglesia de Santa María de la Alhambra de la fachada posterior del palacio de Carlos V. Para construir este se destruyó buena parte de lo que fueron los palacios nazaríes. El proyecto fue de Pedro Machuca, que quiso responder al modelo de palacio romano, en torno a un gran patio circular. Carlos V jamás vio terminadas las obras.
Frente a la fachada principal de ese palacio se encuentra la alcazaba, auténtico barrio dentro de la ciudad-palacio, donde se alojaba la guarnición militar. El acceso se realiza a través de la torre del Homenaje, y de entre las edificaciones que quedan en pie destaca la torre de la Vela, tantas veces versada por poetas y cantantes y desde la que se domina toda Granada. Saliendo de la alcazaba y dejando a la izquierda la torre de la Gallinas, se llega a la entrada de los palacios nazaríes. El primero de esos palacios es el del Mexuar, el más antiguo, y que se utilizó como sede del consejo de ministros y lugar donde el sultán impartía justicia. Junto a la sala principal está el Oratorio, rodeado con amplios ventanales aljimezados, para elevar la espiritualidad de los creyentes a través del cual se accede al primero de los patios del conjunto, compartido con una de las alas del palacio de Comares. La fachada de éste es la culminación del estilo nazarí, con su profusa decoración. A través de una puerta en la fachada se accede al patio de Comares, una de las estampas más reconocibles de La Alhambra. Este espacio abierto fue el distribuidor de la vida privada de la familia real nazarí.
El patio está presidido por el imponente volumen de la torre de Comares, de 45 metros y el más alto de los edificios de La Alhambra, cuyo interior alberga el salón de Embajadores. Claramente diseñado para impresionar a los extranjeros que llegaban a la corte, está ricamente decorado con cerámicas doradas, artesonadas de madera, filigranas en yeso que, en origen, estaban policromadas, celosías en las ventans también en filigrana de yeso... Al salón se abren otras nueve estancias; la más importante, la habitación privada del sultán, y otros espacios no menos espectaculares, como el Baño de Comares, o la sala de los Mocárabes, aunque la mayor parte de éstos fueron destruidos por la explosión de un polvorín cercano, en el siglo XVI.
Así se llega al que, sin duda, es el palacio más bello de La Alhambra: el de los Leones. Distribuido por el famoso patio, en cuyo centro se sitúa la fuente sustentada por 12 leones que riega cuatro estrechas acequias que recorren el suelo de mármol del patio. Esta zona de los palacio nazaríes fue mandada construir por Muhammad V entre 1362-1391, durante su segundo mandato, y supone una síntesis de todos los estilos nazaríes. La belleza y armonía del patio se la proporciona la arquería de yeso qeu lo rodeo, más parecida al conceto cristiano del claustro que al de patio musulmán. Los arcos están sustentados por 124 columnas de mármol blanco, rematados por fustes finísimos, y el techo de la galería es un magnífico artesonado de madera.
Al patio se abren las dos estancias principales: la sala de los Abencerrajes y la de los Reyes. La segunda se dedicaba al reposo, la tertulia y el espectáculo. Su principal particularidad se encuentra en sus bóvedas, decoradas con motivos figurativos. En cuanto a la sala de los Abencerrajes, destaca su elevada cúpula decorada con mocárabes que imitan a la naturaleza, como si fueran estalactitas. También desde el patio de los Leones se puede acceder a la sala de los Aljimeces, a la de las Dos Hermanas o al mirador de Daraza, entre otros originales espacios.
El siguiente paso en la visita, quizá menos espectacular que los anteriores pero no menos importante desde el punto de vista histórico, son las habitaciones que el emperador Carlos V se hizo construir, como suites anexas a los palacios nazaríes, hacia 1532, de acuerdo con el proyecto de Pedro Machuca.
Este último palacio supone el final del recorrido por La Alhambra. Para quienes aún tengan fuerzas, resulta muy recomendable regresar a la ciudad, a través de la Puerta de la Granada, por al Cuesta de Gomérez, flanqueada por talleres de artesanía y algún que otro anticuario, en uno de los paseos más agradables de la capital nazarí.
Por las colinas de Granada
El Albaicin es el origen de la actual Granada que, antes que cristiana y musulmana, fue romana e íbera. El paseo por este barrio singular discurre entre tortuosas cuestas empedradas, flanquedas por casas de blancura inmaculada que se abren a pequeños jardines casi secretos. Como el vecino Sacromonte, es un barrio de alma y fisionomía musulmana, con vocación integradora y futuro cosmopolita que embruja a todo aquel que lo visita. Le ocurrió, por ejemplo, a dos estadounidenses que vivieron en la ciudad un tiempo: Washington Irwing y Bill Clinton. Y también a Manuel de Falla, a Isaac Albeñiz y a otros tantos artistas e intelectuales que se sintieron cautivados por su belleza y autenticidad.
Este paseo también comienza en la plaza Nueva, frente al edificio de la Real Chancillería. Dejándolo a la izquierda, se entra en la carrera del Darro, paralela al curso de ese río, afluente del Genil. Antes se puede visitar la iglesia de Santa Ana, del siglo XVI y de estilo mudéjar, una más de las obras que Diego de Siloé, el arquitecto de la catedral granadina, dejó para la posteridad. Dejando a la derecha este templo se llega hasta el puente de Cabrera que, por une lado, conduce hasta la colina de La Alhambra y, por el otro, hasta las entrañas del Albaicin y, antes, al convento de Santa Ines, fundado en el siglo XVI. El puente y su entorno constituyen una de las imágenes mas reconocibles de Granada.
En la siguiente manzana está el Bañuelo, entre los baños árabes mejor conservados de la Península y un buen ejemplo de la arquitectura musulmana civil, que se contruyó en el siglo XI. Al visitarlo no es difícil evocar los momentos de relajación en torno al agua, sobre todo en la sala central, una buena idea: revivir los ambientes de los hammams en los baños árabes situados en la calle de Santa Ana, paralela a la carrera del Darro; www.granada.hammamspain.com. En frente del Bañuelo están los restos del puente del Cadí, también del siglo XI, que además servía como compuerta para la regulación de las aguas del Darro. Sin perder de vista la ría, se llega enseguida hasta la Casa del Castril, hoy Museo Arqueológico Provincial y obra de Diego de Siloe por que será fácil adivinar que se construyó en el siglo XVI. La casa tiene una bella fachada plateresca y una no menos impresionante escalinata cubierta por un artesonado.
La carrera desemboca en el paseo de los Tristes. La razón de ese nombre es que por aquí pasaban los cortejos fúnebres que se dirigían hacia el cementerio situado detrás de la Alhambra. Aún así, es fácil imaginar la tristeza en los ojos de aquellos andalusíes que contemplaron desde aquí, por última vez, la belleza de los palacios nazaríes. Porque ese es el gran aliciente de este lugar: las vistas a la Alhambra. De hecho, sentarse en cualquiera de sus terrazas supone un auténtico lujo para todos los sentidos.
Tras el merecido descanso contemplativo, se continúa hasta el final del paseo. A la izquierda están la cuesta del Chapiz y la entrada al palacio de los Cordova, reconstrucción del siglo XIX siguiendo los planos del edificio original del siglo XVI que se encontraba en la placeta de las Descalzas. Alberga el archivo municipal y suele acoger la celebración de diferentes actos institucionales. Pero si por algo destaca este lugar es por la belleza de sus jardines y las magnificas vistas a la Alhambra.
Hacia la mitad de la cuesta está la Casa del Chapiz, que no es una, sino dos construcciones de estilo mudéjar levantadas sobre un palacio musulman. Hoy es la sede de la Escuela de Estudiso Arabes y entre sus estancias destaca el patio de la casa principal con es estanque y las galerias profusamente decorados con motivos islámicos.
Justo aquí es donde comienza la cuesta que asciende la ladera del Sacromonte. El barrio, musulman antes que gitano y hoy más reclamo turístico que zona residencial, lo cierto es que sigue manteniendo su encanto, sobre todo si se tiene la oportunidad de visitar sus cuevas, algunas reconvertidas en museos particulares, como la de la Faraona, la de la Rocio, la de Manolo Amaya o la de Pitirili. Incluso en la calle del Barranco de los Negros hay un museo oficial etnográfico, Museo Cuevas del Sacromonte que permite comprender como se vivía en el barrio hasta hace realmente muy poco. La colina está coronada por la abadía del Sacromonte, del siglo XVII. Antes de su construcción tuvo lugar aquí una curiosa anecdota, pues se descubrieron unas tablillas de bronce que, supuestamente, revelaban un origen musulman del apsotolado cristiano. Algo de especial importancia, pues el hallazgo tuvo lugar en épocas convulsas. De hecho, se demostró su falsedad y que había un vano intento de algunos moriscos por evitar su expulsion de España.
Hay que regrear al Chapiz para continuar con el paseo por el Albaicin. Al final de la cuesta se divisa la silueta de la iglesia de El Salvador, otra más de las obras de Diego de Siloe, aunque queda poco de este templo destruido por un incendio durante las revueltas moriscas de mediados del siglo XVI y reconstruido luego en el XVII.
Desde aquí, y tras pasar por la plaza de la Aljive Polo y la callejuela de los Panaderos, se llega a la plaza Larga, centro social del Albaicin, jalonado por tiendas tradicionales y algunas agradables terrazas. Este es el núcleo originario del barrio, cuyas calles crecieron, precisamente, desde aquí. Una de ellas, el callejón del Agua, donde es facil imbuirse del ambiente morisco, gracias a las casas de aquella época que aún lo flanquean.
Junto a la plaza Larga está también la puerta Nueva (o de las Pesas) que, paradojicamente, es la mas antigua de las que se abrían en la muralla. Si se llama asi es porque fue la última que descubrieron las tropas cristianas, pues estaba tapiada. Este es el inicio del tramo mejor conservado dela muralla Ziri que, pese a llevar el nombre de la dinastía fundadora de la ciudad de Granada, incluye lienzos construidos por iberos y romanos. Una buena panorámica de las murallas se obtiene desde el cercano mirador de San Cristóbal, pero cuya mas importante misión, siglos después, fue como residencia de Fatima, madre de Boabdil, tras ser apartada de la corte por su marido, Muley Hacen. Los mas destacable del palacio es la minuciosa decoración, siguiendo los motivos repetidos en otras obras nazaríes. Una parte del monumento fue mandada destruir por la Reina Católica para construir un convento, el de Santa Isabel la Real, en el que se mezclan los estilos gótico, mudéjar y renacentista, y que destaca por la calidad de sus artsonados.
Casi anexo al convento se puede visitar uno de los hoteles mas auténticos de Granada, hotel Santa Isabel la Real, con 11 habitaciones distribuidas en torno a un patio andaluz y con bellísimas vistas al Albaicin. Desde él y siguiendo la calle del mismo nombre se continúa hasta el cruce con Maria de la Miel, a la izquierda. La segunda callejuela, a la derecha, lleva hasta la plaza de San Nicolas, presidida por la iglesia y mirador homonimos desde donde se divisa la panorámica mas famosa de la ciudad, con la Alhambra como protagonista.
También se puede rematar el paseo de otra forma: desde el exterior de la muralla Ziri, siguiendo la cuesta de la Alhacaba hacia la plaza del Triunfo y la calle de Elvira. La puerta que se encuentra en esta plaza fue la mas importante de cuantas daban acceso a la ciudad posmusulmana, pues por ella pasaban los reyes.
Después, siguiendo la acera de San Ildefonso, los pasos conducen hacia el Hospital Real, del siglo XVI y realizado por Enrique Egas. Un sobrio y funcional edificio que respondía perfectamente a su función como institución sanitaria. Hoy es sede de los servicios centrales de la Universidad de Granada. El paseo se completa con la visita al monasterio dela Cartuja, siguiendo la acera de San Ildefonso, la calle Real de la Cartuja y el paseo de la Cartuja. Tan larga caminata tiene como recompensa uno de los monumentos religiosos más espectaculares de la ciudad. Aunque del original, construido en el siglo XVI por iniciativa de Gonzalo Fernandez de Cordoba, el Gran Capitan, apenas quedan algunos espacios, esto no resta mérito a las construcciones posteriores: la iglesia, con el espectacular altar mayor, o la sacristia, repleta de obras artísticas y realizada en un deslumbrante estilo barroco. La Cartuja es, sin duda, un brillante colofón a los paseos por una de las ciudades más cautivadoras de España, llena de propuestas para todo tipo de viajeros.