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25

MAR

Alboreá, la luz del alba

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Música Cante Palos

Es uno de los palos menos conocidos fuera de los círculos del flamenco y es por ello un pequeño tesoro que los no iniciados en este arte descubren con oídos ávidos de emociones como el despuntar de la luz del alba.

La alboreá se canta, por lo general, en coplas de cuatro versos de seis silabas y un estribillo, con compás de solea ligera o solea por bulerías y su particularidad es que se trata de un cante íntimo, que forma parte del ritual de las bodas gitanas. Su exteriorización es considerada en ocasiones como una profanación de este palo reservado a las nupcias por lo que su divulgación ha sido duramente criticada ya que forma parte del acervo cultural más íntimo.

En esa línea, las letras de la alboreá, hacen referencia normalmente a la virginidad de la novia y la tradición calé, consideraba que su representación fuera de la familia podía traer mala suerte, de ahí que existan pocas grabaciones. Algunas de las voces de la alboreá son Rafael Romero, Agujetas el Viejo o Joselero. Ellos hacen una interpretación pura, racial y bronca de este palo.

También es interesante conocer la alboreá de India Martínez, una joven cordobesa de 25 años que hace una presentación dulce y melodiosa con ‘Amanece el día’.

Los historiadores flamencos ubican cronológicamente el nacimiento de la alboreá a mediados del siglo XIX, cuando el pueblo gitano hizo suyos los cantos que se realizaban en las bodas, interpretándolos al compás, como hemos indicado anteriormente, de la soleá ligera y de la soleá por bulerías. Actualmente, se distinguen dos estilos de alboreá, por un lado, la que se considera como auténtica, cante procedente de Sevilla y Cádiz (la baja Andalucía) y por otro, aquella típica de Córdoba, Granada, Jaén y Extremadura.

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